Corté dos rosas del jardín de mis sueños.
Tomé una estrella del balcón de mis ilusiones.
Una nube cruzó el cielo y presurosa
bajó para cubrir mis ambiciones.
Me quedé sin rosas
sin manos
sin ilusiones
sin paraísos
me quedé a solas
me tuve a mí.
Soliloquios
Un rincón del mundo en el que puedo atreverme a ser auténticamente yo. Sin la palabra ni la mirada inquisidora de aquéllos que necesitan juzgar o dar ejemplos. Un rincón donde pueda mostrar mis virtudes y mis defectos, sin avergonzarme ante nadie... ya que no me averguenzo ni ante Dios ni ante mí, porque soy, ante todo... profundamente humana.
EMOCIONES
EMOCIONES
No eres responsable de tus emociones... pero sí de lo que haces con ellas.
sábado, 9 de abril de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
En tus aguas
Fue amor a primera vista.
Coronaba la tarde unas cimas nevadas
las aguas del lago serenas estaban,
fue un regalo de la vida.
Me hundí en las cumbres heladas
saboreando el borde de la cornisa
sabiendo que allí no existe la prisa
que el lamento no sirve de nada.
En tus aguas ahogué las penas
uno por uno en tu lecho dejé
todos los recuerdos y perdoné
lo que no pude olvidar.
El paraíso en la tierra existe
en un paraje lejano llamado
Tierra del Fuego
en el Lago Fagnano
allí existe
el Edén.
domingo, 20 de febrero de 2011
Libro mayor
Cuando en noches como ésta, uno siente que las fuerzas se terminan y que desea la pronta llegada de un mañana definitorio, al que no se atreve a hacer frente hoy, y ligados a esa tendencia tan facilista de atribuirle todo a la depresión dominguera, al gobierno o al culebrón de turno siente deseos de cerrar los ojos y no abrirlos nunca más... y dentro de esas cavilaciones se le ocurre pensar en todo lo que se perdería si nunca más abriera los ojos...
Ver el sol al atardecer desagrándose sobre la tristeza de unos, la alegría de otros, los orgasmos de unos y la soledad de los más. Uno se perdería también ver la sonrisa pícara de un niño que juega con un rayo de sol entrando por la ventana en una mañana de invierno y se perdería quizás también ver la mirada de los hijos de los hijos, y se perdería de esas tardes veraniegas donde la lluvia riega calles de tierra y se levanta el aroma de la naturaleza penetrando tus poros... y dejaría claro está, de sufrir el desengaño, el malhumor de tu pareja, la desidia del empleado público, el desamor de algunos y el aprovechamiento de otros...
Pero en la cuenta final... cuando en el libro mayor de tu hoy estudias el saldo... y te pones una mano en el corazón... cuáles son tus conclusiones?
La mía por ejemplo... es que tengo esa fuerza interior que me sostiene desde que tengo uso de razón. Qué quizás vengo arrastrando de otras vidas... que quizás adquirí en esta única vida terrena... que quizás te viene como don o esencia al nacer... que quizás se vaya formando en el transcurso de la vida...
Pero aquí está. Sólida. Incólumne.
Esperando ver morir al árbol de pié.
Ver el sol al atardecer desagrándose sobre la tristeza de unos, la alegría de otros, los orgasmos de unos y la soledad de los más. Uno se perdería también ver la sonrisa pícara de un niño que juega con un rayo de sol entrando por la ventana en una mañana de invierno y se perdería quizás también ver la mirada de los hijos de los hijos, y se perdería de esas tardes veraniegas donde la lluvia riega calles de tierra y se levanta el aroma de la naturaleza penetrando tus poros... y dejaría claro está, de sufrir el desengaño, el malhumor de tu pareja, la desidia del empleado público, el desamor de algunos y el aprovechamiento de otros...
Pero en la cuenta final... cuando en el libro mayor de tu hoy estudias el saldo... y te pones una mano en el corazón... cuáles son tus conclusiones?
La mía por ejemplo... es que tengo esa fuerza interior que me sostiene desde que tengo uso de razón. Qué quizás vengo arrastrando de otras vidas... que quizás adquirí en esta única vida terrena... que quizás te viene como don o esencia al nacer... que quizás se vaya formando en el transcurso de la vida...
Pero aquí está. Sólida. Incólumne.
Esperando ver morir al árbol de pié.
jueves, 27 de enero de 2011
Una cuestión de actitud -soliloquio habitual-
Hay situaciones en la vida que tiran por la borda todas las teorías y enunciados que he venido repitiéndome a través de estos últimos quince años.
Día tras día me he propuesto no dejar la vida en los intentos. Lo que significa intentar el cambio de actitudes a medida que descubra que ello es necesario para un mejor vivir, tanto para mi como para quienes comparten la vida conmigo y tamién, por qué no, para los que circunstancialmente deben tratarme, cualquiera sea la circunstancia.
Pero aquí no termina todo.
Pero aquí no termina todo.
Me propongo cada mañana comenzar el día con una mejor actitud y si la aptitud no me favorece con su luz, me conformo con el hecho de utilizar mi mejor buena voluntad para salir adelante en la nueva jornada, hasta que de pronto... zás! una estocda y me quedo dura como estatua y me pregunto, qué hacemos amiga, ponemos la otra mejilla? Enfrentamos? Nos endurecemos? Dejamos al otro desahogarse? Generalmente opto por esta última acción. Guardo silencio y escucho atentamente.
Qué dice cuando me dice lo que está diciendo?
Qué es lo que realmente manifiesta cuando se expresa?
Qué cosa lo ha mortificado tanto para que actúe con esa violencia verbal, con esa agresividad contenida en las exabruptos?
Hasta cuándo podrás amiga sostener esta actitud? -me pregunto cada día-
Todos los días y todas las veces que te lo propongas -me respondo-
Es su problema. No es tu problema- me repito.-
En mí no está la solución al conflicto de este momento. Por lo tanto no lo tomes. No lo hagas propio. No lo retengas.
Y luego sigo con mis cosas, mis actividades mi rutina.
A veces logro comprenderlo. A veces no.
Pero en mi actitud está el intento.
Qué dice cuando me dice lo que está diciendo?
Qué es lo que realmente manifiesta cuando se expresa?
Qué cosa lo ha mortificado tanto para que actúe con esa violencia verbal, con esa agresividad contenida en las exabruptos?
Hasta cuándo podrás amiga sostener esta actitud? -me pregunto cada día-
Todos los días y todas las veces que te lo propongas -me respondo-
Es su problema. No es tu problema- me repito.-
En mí no está la solución al conflicto de este momento. Por lo tanto no lo tomes. No lo hagas propio. No lo retengas.
Y luego sigo con mis cosas, mis actividades mi rutina.
A veces logro comprenderlo. A veces no.
Pero en mi actitud está el intento.
miércoles, 26 de enero de 2011
Atracción
SOLILOQUIO FRENTE AL MAR
Llegué hasta el fonde de mi desdicha y me quedé contemplando el mar planchado. Allí donde nada lo contamina, donde el secreto de la montaña no fue violado y donde los hombres siguen viviendo de la pesca y respetan la naturaleza no depredándola.Miré sin mirar el vasto horizonte que ante mí vista se perdía y me dije, qué hacés acá? Qué viniste a buscar? Estás segura que querés estar acá. No, no lo sé me respondí, y me quedé esperando que mi voz se levantara y se hiciera audible ante los hielos eternos .
El pecho me duele porque la presión de mi angustia me oprime y porque la vida presiona.
Recuerdo entonces las mañanas en que los pescadores se hacen a la mar sin saber si traerán cargamento a su regreso, y en aquéllos, los que no solamente piensan en las piezas que contarán, sino en que al menos tengan la gracia de regresar.
El mar ejerce una poderosa influencia en mí, a veces creo que me llama. Que me invita... y el embrujo avanza y avanza... entonces debo hacer el supremo esfuerzo para no caer en él desde lo alto del acantilado y hundirme para siempre en sus transparentes y frías aguas.
SOLILOQUIO INICIAL
A veces uno se sienta a llorar sobre la leche derramada... y sabe que es en vano... pero necesita hacerlo.
Es entonces cuando todas las voces se levantan para decirte que es en vano llorar sobre la leche derramada, y que tú tienes todos los motivos y tienes todas las razones y tienes todas las condiciones para ser feliz.
Pero tú sientes, en ese íntimo punto donde nada ni nadie llega y que está en el centro justo de tu alma... tú sientes que tienes miedo y es un miedo visceral que nace de tus entrañas.... y mientras todos te miran perplejos o con rabia porque no aprovechas a ser feliz con lo que otros consideran que tú deberías serlo... entonces te cobijas en la soledad... entonces te aislas y terminas hablando con las hormigas o con las luciérnagas...
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