SOLILOQUIO FRENTE AL MAR
Llegué hasta el fonde de mi desdicha y me quedé contemplando el mar planchado. Allí donde nada lo contamina, donde el secreto de la montaña no fue violado y donde los hombres siguen viviendo de la pesca y respetan la naturaleza no depredándola.Miré sin mirar el vasto horizonte que ante mí vista se perdía y me dije, qué hacés acá? Qué viniste a buscar? Estás segura que querés estar acá. No, no lo sé me respondí, y me quedé esperando que mi voz se levantara y se hiciera audible ante los hielos eternos .
El pecho me duele porque la presión de mi angustia me oprime y porque la vida presiona.
Recuerdo entonces las mañanas en que los pescadores se hacen a la mar sin saber si traerán cargamento a su regreso, y en aquéllos, los que no solamente piensan en las piezas que contarán, sino en que al menos tengan la gracia de regresar.
El mar ejerce una poderosa influencia en mí, a veces creo que me llama. Que me invita... y el embrujo avanza y avanza... entonces debo hacer el supremo esfuerzo para no caer en él desde lo alto del acantilado y hundirme para siempre en sus transparentes y frías aguas.
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