A veces uno se sienta a llorar sobre la leche derramada... y sabe que es en vano... pero necesita hacerlo.
Es entonces cuando todas las voces se levantan para decirte que es en vano llorar sobre la leche derramada, y que tú tienes todos los motivos y tienes todas las razones y tienes todas las condiciones para ser feliz.
Pero tú sientes, en ese íntimo punto donde nada ni nadie llega y que está en el centro justo de tu alma... tú sientes que tienes miedo y es un miedo visceral que nace de tus entrañas.... y mientras todos te miran perplejos o con rabia porque no aprovechas a ser feliz con lo que otros consideran que tú deberías serlo... entonces te cobijas en la soledad... entonces te aislas y terminas hablando con las hormigas o con las luciérnagas...
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