EMOCIONES

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EMOCIONES


No eres responsable de tus emociones... pero sí de lo que haces con ellas.

domingo, 20 de febrero de 2011

Libro mayor

Cuando en noches como ésta, uno siente que las fuerzas se terminan y que desea la pronta llegada de un mañana definitorio, al que no se atreve a hacer frente hoy, y ligados a esa tendencia tan facilista de atribuirle todo a la depresión dominguera, al gobierno o al culebrón de turno siente deseos de cerrar los ojos y no abrirlos nunca más... y dentro de esas cavilaciones se le ocurre pensar en todo lo que se perdería si nunca más abriera los ojos...
Ver el sol al atardecer desagrándose sobre la tristeza de unos, la alegría de otros, los orgasmos de unos y la soledad de los más. Uno se perdería también ver la sonrisa pícara de un niño que juega con un rayo de sol entrando por la ventana en una mañana de invierno y se perdería quizás también ver la mirada de los hijos de los hijos, y se perdería de esas tardes veraniegas donde la lluvia riega calles de tierra y se levanta el aroma de la naturaleza penetrando tus poros... y dejaría claro está, de sufrir el desengaño, el malhumor de tu pareja, la desidia del empleado público, el desamor de algunos y el aprovechamiento de otros...
Pero en la cuenta final... cuando en el libro mayor de tu hoy estudias el saldo... y te pones una mano en el corazón... cuáles son tus conclusiones?
La mía por ejemplo... es que tengo esa fuerza interior que me sostiene desde que tengo uso de razón. Qué quizás vengo arrastrando de otras vidas... que quizás adquirí en esta única vida terrena... que quizás te viene como don o esencia al nacer... que quizás se vaya formando en el transcurso de la vida...
Pero aquí está. Sólida. Incólumne.
Esperando ver morir al árbol de pié.

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